y en la mía en particular, es en lo que pienso el día de hoy...
Gracias al Charro Negro por el Pellicer que me recuerda a la mía, acá se los paso.
Habla apaciblemente como cuando
conversa una mujer y está bordando,
y al par que una puntada,
dice alguna palabra mesurada.
Me aconseja y acepto.
Tiene tanta razón, que no discuto.
¡Y es tan dulce el precepto!
...Ella suspira por algo que no sé...
La brisa fresca guía a la nave de nocturna pesca....
Mi corazón brutal siento que se arde
porque a veces,
¡pienso en una mujer como la tarde!
Carlos Pellicer. Balada inútil
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