Saturday, March 11, 2006

Soy una "pobre viejecita"...

Aquí va, la última anécdota de mi proceso de colombianización continua.

Parece ser que la literatura infantil colombiana se inspiró, desde hace muchos años, en mujeres de historias tan trágicas como la mía para educar con ellas a miles de generaciones de infantes.

La pobre viejecita, por Rafael Pombo
http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/literaturainfantil/Poesiainfantil
/RafaelPombo/lapobreviejecita.asp


Érase una viejecita
Sin nadita que comer
Sino carnes, frutas, dulces,
Tortas, huevos, pan y pez

Bebía caldo, chocolate,
Leche, vino, té y café,
Y la pobre no encontraba
Qué comer ni qué beber.

Y esta vieja no tenía
Ni un ranchito en que vivir
Fuera de una casa grande
Con su huerta y su jardín

Nadie, nadie la cuidaba
Sino Andrés y Juan Gil
Y ocho criados y dos pajes
De librea y corbatín

Nunca tuvo en qué sentarse
Sino sillas y sofás
Con banquitos y cojines
Y resorte al espaldar

Ni otra cama que una grande
Más dorada que un altar,
Con colchón de blanda pluma,
Mucha seda y mucho olán.

Y esta pobre viejecita
Cada año, hasta su fin,
Tuvo un año más de vieja
Y uno menos que vivir

Y al mirarse en el espejo
La espantaba siempre allí
Otra vieja de antiparras,
Papalina y peluquín.

Y esta pobre viejecita
No tenía que vestir
Sino trajes de mil cortes
Y de telas mil y mil.

Y a no ser por sus zapatos,
Chanclas, botas y escarpín,
Descalcita por el suelo
Anduviera la infeliz

Apetito nunca tuvo
Acabando de comer,
Ni gozó salud completa
Cuando no se hallaba bien

Se murió del mal de arrugas,
Ya encorvada como un tres,
Y jamás volvió a quejarse
Ni de hambre ni de sed.

Y esta pobre viejecita
Al morir no dejó más
Que onzas, joyas, tierras, casas,
Ocho gatos y un turpial

Duerma en paz, y Dios permita
Que logremos disfrutar
Las pobrezas de esa pobre
Y morir del mismo mal
----

¿Pobre de mi, no? :-)

San Patricio en Chicago

Hoy que me dirigía al centro a juntarme con mis compañeros de estudio, el autobús simplemente no podía pasar por Michigan Ave. El día de ayer hubo una manifestación masiva en el centro en contra de una iniciativa de ley relacionada con la reforma migratoria. "¿Y ahora por qué protestarán?" me pregunté. Pues no, hoy no protestaban por nada. Al contrario, se festejaba.
En la dirección que se volteara siempre se veía gente vestida de verde lima, collares verdes, bufandas verdes... unos letreros y cruces celtas....un par de sombreros de duende...tréboles maquillados en las mejillas de la gente, en las ventanas de los edificios...

"!Ah claro!"

Así, sin darme cuenta, tuve la fortuna de ver una parte del desfile del Día de San Patricio. Y gracias a los avances en telefonía celular, aquí les dejo las imagenes del centro de Chicago. Lo único que me pesa es no poder celebrar con una Guinnes.