Anoche, salí en un date con mi papá. Nos fuimos a cenar y de ahí nos fuimos al cine. Fue una sensación un tanto agridulce y extraña.
Les doy un poco de contexto. Mi mamá falleció hace un año y yo regresé a México hace 8 meses, los cuales he vivido en la casa familiar con mi padre. Me convertí pues, en una versión moderna de un ama de casa wanna be: no sé cocinar y me tuve que meter a un curso, nunca me preocupé por la conducción de las tareas de la casa y ahora me toca indicarle a la chica que hace el aseo qué hacer y cómo hacerlo, me toca lidiar con el técnico de la lavadora, el del gas, el del agua, el cartero y asentir cada vez que me saludan "¡buenos días señora!" mientras le dan una miradita picarona a mi padre. Han de pensar "¡¡¡mira este viejorrón se la agarró jovencita!!!" (contexto: él tiene 62, yo 28). Un ama de casa que también trabaja (durante el ciclo escolar). Ahora sigo buscando laburo, la fija. Pero ese no es el tema de este posting.
La razón por la que digo que fue una sensación agridulce es que éste es el último fin de semana que pasaré viviendo con mi padre, quien se casa el próximo fin de semana. Así que el date fue también una suerte de despedida de soltero entre padre e hija. Platicamos de cosas irreverentes e interesantes. Deep down los dos sabíamos que era un momento único, pero no mencionamos nada por miedo a romper el encanto.
Luego él dijo: “Tengo mucho sin ir al cine, incluso mucho antes de que tu mamá se enfermara… creo que la última fue… la del padre Amaro, creo…”.
“Yo no recuerdo cuándo fue la última vez que fui al cine con mi mamá [pausa larga invocando a la memoria mientras mi papá mezclaba la crema en su café], creo que fuimos a ver la de Jennifer López, donde ella es una mucama en un hotel en Nueva York…” y sonreí con asombro de que hubiera sido hace ya tanto tiempo.
“Sí, ha de haber sido esa [pausa] siempre dijo que le gustaba que la llevabas a ver películas ‘bonitas’, así románticas, delicadas” – dijo con una sonrisa que dejaba entrever muchos buenos recuerdos que pasaban por su mente.
“Claro, a mí me tocaba llevarla, como a ti sólo te gustan películas de chichas y balazos, bonita forma de zafarse, ¿no?”- rebatí sin pensar.
“Eso no es cierto” - dijo con ese tono de negación ofendida que tenemos los Machuca cuando sabemos que no tenemos la razón y tampoco vamos a admitirlo. “Si mi película preferida es El Padrino” –cerró triunfante.
“Muchos balazos y algunas chichas, de cualquier forma, ahí están los dos elementos, así que no me puedes debatir” – atesté mientras lo apuntaba con mi cuchara cafetera.
“Bueno, pero por ti hoy voy a ver otra cosa, eso tiene que darme puntos” – dijo sonriente y sonrojado por mi franqueza y la utilización de la palabra “chicha” frente a él.
“Eso sí, ya tienes un punto más”.
Nos vimos y sonreímos.
3 comments:
O sea que tan sòlo unos meses despuès vuelve a casarse!? Órale con los jalisquillos "open minded"!!
Què pelì vieron?
8-)
Que buen momento familiar...te recomiendo que trates de repetirlo de vez en cuando, asi no vivan ya en la misma casa...
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