Ofrezco mis más sinceras disculpas a todos los que con cierta (ir)regularidad se han tomado unos minutos para revisar mi diario cibernético. Mil disculpas de verdad!
Así que agradezcamos a los vientos invernales del noreste de los Estados Unidos y a la alarma de clíma extremo emitida el día de ayer y extendida hasta la madrugada del día de mañana por haberme encerrado en mi apartamento. Me rehuso a seguir estudiando (al menos, por el momento), así que como respuesta al comentario/reclamo del doctorante Coria sobre el abandono en que tengo mi blog, van las reflexiones del momento. Las notas de Barcelona tomarán más tiempo, así que esas vendrán después de parciales (por ahí del 10 de febrero -prometido!).
Ya estamos en 2005 (evidentemente dirán muchos), pero para mí, el nuevo año llegó desapercibido, sin glamour, sin fuegos artificiales, sin copas y sin brindis. Con toda razón dirán: "claro, si lo pasaste dormida" (acéptolo). Aún así creo y siento que estoy enfrascada en el concepto del año académico más que en el del calendario. Consecuentemente, la evaluación de 2004/propósitos de 2005 se quedó en lista del mandado con meras ideas de cosas que me gustaría/debo hacer en el futuro cercano: buscar una pasantía de verano, salir de Hyde Park y disfrutar más la ciudad, hacer ejercicio con regularidad (entiéndase más de una vez por semana), decidir cuál será la especialización de esta maestría (convergencia de intereses académico/personales/desarrollo profesional-demanda real), y miles de absurdos como "lavar la ropa todos los sábados", "aspirar dos veces por semana (y no cada semana)"...nimiedades.
Caigo en cuenta de que no puedo "comenzar" la planeación del año con esa lista absurda. Debo agendar la evaluación 2004/planeación 2005 como cualquier otro pendiente de la escuela (rriiigghtttt.....al menos tengo la intención y el ferviente deseo de hacerlo -partial credit!).
Para lo que si tengo una estrategia más diseñada es para los aspectos de la vida social. El trimestre pasado no dió márgen nisiquiera para soñar en ello y de continuar así, me tiraré por la ventana! (claro, como se que con tantas pulgadas de nieve caigo en blandito...).
Lo mejor de todo es que cuento hasta con compinche para tan honorable empresa: Rojas, por supuesto. Nuestro plan no se detiene ahí: veremos cuántas anglos (mujeres y hombres) solteros podemos integrar. Hay que salir de Hyde Park y hay que divertirse cuando el calendario académico así lo permita (licor, música y baile escencialmente).
El único problema (claro! siempre hay un impedimiento ante la perdición) es el clima. Les cuento: ayer viernes teníamos que subir a la página web de la unviersidad, nuestro primer projecto de estadística, que demandó más horas hombre de trabajo por página de lo que cualquiera pudo haber esperado. Lo enviamos y en eso, el teléfono comienza a sonar: del otro lado de la línea, la pregunta se repite con cada llamada: cuál es el plan?? (en todas, el tono de voz se distingue anhelante de compañía y some high spirits). Ante mi pregunta al parecer ingenua sobre lo adverso del clima, respuesta es unánime: "no importa, tomemos un taxi, lo que sea, pero salgamos" y con ella, comienza el ritual casi olvidado de arreglarse para salir de noche. Sin embargo, el clima reafirma lo que todos nos empecinabamos en negar: vientos rabiosos, nieve, nieve, nieve....vientos más furiosos, sigue bajando la temperatura, nieve, nieve, nieve...
El teléfono suena a las 9.05 pm: abortamos la misión de salir de Hyde Park (crying on the inside); sin embargo, hay tragos y gente (desesperada como yo) en casa de un compañero. Resultado? Terminé ayer viernes, sitiada por el clima, con un montón de gente quienes (como todo el mundo) son más divertidos después de 3 copas de licor.
Otra misión abortada: quería ir a la Harris a imprimir, pero el clima no se cansa de reafirmar su posición dominante. A ver si mañana hay más suerte. Por lo pronto, mi alegría tropical la constiuyen el Buenavista, Omarita Portuondo, los Baobab y la inseparable compañía de mis Putumayos. Salud!
Temo que este trimestre sí llegaré a deprimirme un poco (pero sólo un poquito). Eso de ver el mundo a través de la ventana no es estimulante.
Bueno, de regreso a la realidad. Tengo ropa que reclama la secadora y 300 páginas de sabiduría estadística esperándome (sólo para hoy...qué dicha...).
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