Friday, January 28, 2005
DIÁLOGO
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DIÁLOGO (página 238), Cartas desde el infierno, de Ramón Sampedro.
Y tú, qué quieres ser de mayor?
Sólo quiero ser rico.
No prefieres ser sabio, noble y justo.
Acaso no es lo mismo?
La riqueza siempre es injusta, por tanto no puede haber un rico bueno.
Ser bueno es igual a ser sabio y justo, entonces?
Así es, hijo.
Pero hay ricos buenos!
Eso es un disparate. Mientras el rico tenga conocimiento de que existe un miserable y no reparta con él su riqueza, no se podrá decir que hay uno bueno.
Ser bueno es ser noble. Ser bueno es decir mío y querer decir nuestro.
Hay muchos astutos que parecen justos, nobles y buenos: son legisladores, regios charlatanes, pícaros tiranos, nobles usureros que piensan que un bueno es un tonto o un pobre ingenuo porque no tiene tanta codicia como ellos.
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Cartas desde el infierno es el libro que inspiró a Alejandro Amenabar en la realización de su película Mar Adentro.
La película lleva sobre los hombros, muchas esperanzas de los españoles con los ojos puestos en los Oscares.
DIÁLOGO (página 238), Cartas desde el infierno, de Ramón Sampedro.
Y tú, qué quieres ser de mayor?
Sólo quiero ser rico.
No prefieres ser sabio, noble y justo.
Acaso no es lo mismo?
La riqueza siempre es injusta, por tanto no puede haber un rico bueno.
Ser bueno es igual a ser sabio y justo, entonces?
Así es, hijo.
Pero hay ricos buenos!
Eso es un disparate. Mientras el rico tenga conocimiento de que existe un miserable y no reparta con él su riqueza, no se podrá decir que hay uno bueno.
Ser bueno es ser noble. Ser bueno es decir mío y querer decir nuestro.
Hay muchos astutos que parecen justos, nobles y buenos: son legisladores, regios charlatanes, pícaros tiranos, nobles usureros que piensan que un bueno es un tonto o un pobre ingenuo porque no tiene tanta codicia como ellos.
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Cartas desde el infierno es el libro que inspiró a Alejandro Amenabar en la realización de su película Mar Adentro.
La película lleva sobre los hombros, muchas esperanzas de los españoles con los ojos puestos en los Oscares.
Thursday, January 27, 2005
Por cierto!
Sigo de "luna de miel" con la nieve. Con el que no entraremos en términos será con el viento: hoy casi me mata el desgraciado infeliz...
Wednesday, January 26, 2005
Sobre los "Nobel"
Cada día que abro mi cuenta de correo electrónico, la bandeja de entrada de la cuenta de uchicago se satura de información sobre charlas, conferencias, mesas de trabajo, presentaciones de avances de tesis de licenciatura, maestría, doctorales, actividades deportivas y artísticas de toda índole. Desde pláticas sobre la influencia del hiphop en la cultura pop de finales de los 90s, hasta otras sobre los orígenes de la investigación epistemológica en el antiguo Egipto. En fin, alimento para todo tipo de fauna.
A mí las que me gustan son las charlas de los grupos de trabajo de demografía, de economía política, de relaciones internacionales y de América Latina. Aunque reconozco claro, que debo diversificar el portafolio.
En casi todas las charlas y actividades, siempre regalan algo: folletos (siempre), playeritas, plumas. Lo que no dan todas es comida. Parece que ésta es algo así como un tipo de privilegio para faunas selectas. Y es que el gorronear la comida no sería un problema, sino fuera porque uno se mal acostumbra y termina en una charla más "modesta" (sin comida) en la que se garantiza una tocatta del ensamble rugidor (a la que a veces, hasta el ponente se une).
Los Nobel de la UofC son ciertamente, una de las especies más privilegiadas. Y no porque los galardonados de cualquier tipo estén en extinción. Créanme, los boletines informativos anuncian con regularidad que el Profesor "Soy Inteligentísimo" del Departamento de Ciencias "me puedes explicar de nuevo a qué te dedicas?" se ganó el Premio "No se si tengo una vida". Los Nobel pues, además de dar miles de charlas en todo el mundo, de contar con el respeto de la gente que entiende el premio (o mejor aún, entiende a detalle el por qué se los dieron) y de tener su obligada camada de groupies (fans -en su mayoría, aduladores-), aseguran que en sus charlas, mesas de trabajo y conferencitas siempre habrá comida gratuita para los asistentes. Una verdadera ganga, un 2X1 donde por una hora de tu tiempo (el bien más preciado por el momento) te aseguran ingesta calórica e intelectual.
Los Nobels y su servidora, la venadita de la serranía: Reconozco que mi rechazo (a.k.a. "salirle al parche") respondía a lo técnico y avanzado de sus conocimientos y a mi carencia de los mismos. Así que el trimestre pasado de manera conscientemente les huía. No quería saber ni su ubicación, ni sus caras, ni porqué contribución les habían dado tan distinguido galardón.
Hace una semana entré a la charla de Gary Becker (Nóbel de Economía, 1992): el hombre nació en 1930, es BRI-LLAN-TE y tiene una lucidez apabullante. Al menos ya puedo contar entre mis experiencias de vida, que en alguna ocasión escuché a un Nobel de Economía hablar en vivo y a todo color. Obviamente no entendí todo lo que dijo: entendí el vocabulario y los tecnicismos sí, pero en la explicación de la metodología y del por qué una variable (todo esto con explicación matemática) se privilegiaba sobre otra, ahí me perdí...literalmente me estaba durmiendo (mentes inferiores). Lo que sí es que se que ya les perdimos el miedo (aah... la belleza de la ignorancia) y se que me gustaría tomar la clase de Becker de Capital Humano -eso, si alcanzo cupo. Y la de Fogel (Nobel, 1991) sobre Población y Economía, y las que vengan, cómo no... (Geronimo!!!!)...
Conclusión: los Nobel, aún siendo una raza privilegiada, no dejan de ser mortales.
A mí las que me gustan son las charlas de los grupos de trabajo de demografía, de economía política, de relaciones internacionales y de América Latina. Aunque reconozco claro, que debo diversificar el portafolio.
En casi todas las charlas y actividades, siempre regalan algo: folletos (siempre), playeritas, plumas. Lo que no dan todas es comida. Parece que ésta es algo así como un tipo de privilegio para faunas selectas. Y es que el gorronear la comida no sería un problema, sino fuera porque uno se mal acostumbra y termina en una charla más "modesta" (sin comida) en la que se garantiza una tocatta del ensamble rugidor (a la que a veces, hasta el ponente se une).
Los Nobel de la UofC son ciertamente, una de las especies más privilegiadas. Y no porque los galardonados de cualquier tipo estén en extinción. Créanme, los boletines informativos anuncian con regularidad que el Profesor "Soy Inteligentísimo" del Departamento de Ciencias "me puedes explicar de nuevo a qué te dedicas?" se ganó el Premio "No se si tengo una vida". Los Nobel pues, además de dar miles de charlas en todo el mundo, de contar con el respeto de la gente que entiende el premio (o mejor aún, entiende a detalle el por qué se los dieron) y de tener su obligada camada de groupies (fans -en su mayoría, aduladores-), aseguran que en sus charlas, mesas de trabajo y conferencitas siempre habrá comida gratuita para los asistentes. Una verdadera ganga, un 2X1 donde por una hora de tu tiempo (el bien más preciado por el momento) te aseguran ingesta calórica e intelectual.
Los Nobels y su servidora, la venadita de la serranía: Reconozco que mi rechazo (a.k.a. "salirle al parche") respondía a lo técnico y avanzado de sus conocimientos y a mi carencia de los mismos. Así que el trimestre pasado de manera conscientemente les huía. No quería saber ni su ubicación, ni sus caras, ni porqué contribución les habían dado tan distinguido galardón.
Hace una semana entré a la charla de Gary Becker (Nóbel de Economía, 1992): el hombre nació en 1930, es BRI-LLAN-TE y tiene una lucidez apabullante. Al menos ya puedo contar entre mis experiencias de vida, que en alguna ocasión escuché a un Nobel de Economía hablar en vivo y a todo color. Obviamente no entendí todo lo que dijo: entendí el vocabulario y los tecnicismos sí, pero en la explicación de la metodología y del por qué una variable (todo esto con explicación matemática) se privilegiaba sobre otra, ahí me perdí...literalmente me estaba durmiendo (mentes inferiores). Lo que sí es que se que ya les perdimos el miedo (aah... la belleza de la ignorancia) y se que me gustaría tomar la clase de Becker de Capital Humano -eso, si alcanzo cupo. Y la de Fogel (Nobel, 1991) sobre Población y Economía, y las que vengan, cómo no... (Geronimo!!!!)...
Conclusión: los Nobel, aún siendo una raza privilegiada, no dejan de ser mortales.
Anecdotario Estadounidense 101
Un Estadounidense cualquiera (un conocido -no un completo extraño y no necesariamente un amigo) camina por la calle. Puede o no que se diriga hacia usted y puede ser que vaya en la misma acera o en la opuesta. Al hacer contacto visual (voluntaria o accidentalmente) pregunta "Hi, how are you?".
Cuál de las siguientes opciones se acerca más a su posible reacción?
a) Se dice a usted mismo: "Ah, es perenganito (si es que recuerda el nombre) que me saluda" y se cruza la calle para retribuir el saludo y hacer la tradicional charlita "vengo a saludarte porque soy amable".
b) Responde "hello! how are you today?" y cruza la calle en busca de la respuesta.
Respuesta culturalmente correcta: ninguna de las anteriores.
Usted debe responder, todo esto SIN DETENER SU CAMINO: "fine, how are you?", y sin esperar respuesta hace una sonrisita-mueca, quizás mueve la mano para despedirse y sigue caminando.
Al principio no lo entendía: por qué es que preguntan cómo está uno si nisiquera buscan o esperan respuesta? La verdad es que sigo sin entenderlo (me lo han explicado, es algo así como American politeness). Pero así lo hacen y hoy me di cuenta que desde que comenzó el año, yo también lo hago...
Cuál de las siguientes opciones se acerca más a su posible reacción?
a) Se dice a usted mismo: "Ah, es perenganito (si es que recuerda el nombre) que me saluda" y se cruza la calle para retribuir el saludo y hacer la tradicional charlita "vengo a saludarte porque soy amable".
b) Responde "hello! how are you today?" y cruza la calle en busca de la respuesta.
Respuesta culturalmente correcta: ninguna de las anteriores.
Usted debe responder, todo esto SIN DETENER SU CAMINO: "fine, how are you?", y sin esperar respuesta hace una sonrisita-mueca, quizás mueve la mano para despedirse y sigue caminando.
Al principio no lo entendía: por qué es que preguntan cómo está uno si nisiquera buscan o esperan respuesta? La verdad es que sigo sin entenderlo (me lo han explicado, es algo así como American politeness). Pero así lo hacen y hoy me di cuenta que desde que comenzó el año, yo también lo hago...
Saturday, January 22, 2005
uno más...
"A medical study finds that short women are more likely to have heart attacks than women of average height, while tall women have the fewest heart attacks." [Introduction to the Practice of Statistics, Moore & McCabe, 4th edition, p.104].
Hasta aquí llegaron mis sueños de morir de un infarto...
"Poverty level in the United States: household with an average annual income of 30,000 USD ".
Mi beca es mucho menos que eso...
"Always the average, never the average", I guess...
Hasta aquí llegaron mis sueños de morir de un infarto...
"Poverty level in the United States: household with an average annual income of 30,000 USD ".
Mi beca es mucho menos que eso...
"Always the average, never the average", I guess...
Ante mi abandono
Ofrezco mis más sinceras disculpas a todos los que con cierta (ir)regularidad se han tomado unos minutos para revisar mi diario cibernético. Mil disculpas de verdad!
Así que agradezcamos a los vientos invernales del noreste de los Estados Unidos y a la alarma de clíma extremo emitida el día de ayer y extendida hasta la madrugada del día de mañana por haberme encerrado en mi apartamento. Me rehuso a seguir estudiando (al menos, por el momento), así que como respuesta al comentario/reclamo del doctorante Coria sobre el abandono en que tengo mi blog, van las reflexiones del momento. Las notas de Barcelona tomarán más tiempo, así que esas vendrán después de parciales (por ahí del 10 de febrero -prometido!).
Ya estamos en 2005 (evidentemente dirán muchos), pero para mí, el nuevo año llegó desapercibido, sin glamour, sin fuegos artificiales, sin copas y sin brindis. Con toda razón dirán: "claro, si lo pasaste dormida" (acéptolo). Aún así creo y siento que estoy enfrascada en el concepto del año académico más que en el del calendario. Consecuentemente, la evaluación de 2004/propósitos de 2005 se quedó en lista del mandado con meras ideas de cosas que me gustaría/debo hacer en el futuro cercano: buscar una pasantía de verano, salir de Hyde Park y disfrutar más la ciudad, hacer ejercicio con regularidad (entiéndase más de una vez por semana), decidir cuál será la especialización de esta maestría (convergencia de intereses académico/personales/desarrollo profesional-demanda real), y miles de absurdos como "lavar la ropa todos los sábados", "aspirar dos veces por semana (y no cada semana)"...nimiedades.
Caigo en cuenta de que no puedo "comenzar" la planeación del año con esa lista absurda. Debo agendar la evaluación 2004/planeación 2005 como cualquier otro pendiente de la escuela (rriiigghtttt.....al menos tengo la intención y el ferviente deseo de hacerlo -partial credit!).
Para lo que si tengo una estrategia más diseñada es para los aspectos de la vida social. El trimestre pasado no dió márgen nisiquiera para soñar en ello y de continuar así, me tiraré por la ventana! (claro, como se que con tantas pulgadas de nieve caigo en blandito...).
Lo mejor de todo es que cuento hasta con compinche para tan honorable empresa: Rojas, por supuesto. Nuestro plan no se detiene ahí: veremos cuántas anglos (mujeres y hombres) solteros podemos integrar. Hay que salir de Hyde Park y hay que divertirse cuando el calendario académico así lo permita (licor, música y baile escencialmente).
El único problema (claro! siempre hay un impedimiento ante la perdición) es el clima. Les cuento: ayer viernes teníamos que subir a la página web de la unviersidad, nuestro primer projecto de estadística, que demandó más horas hombre de trabajo por página de lo que cualquiera pudo haber esperado. Lo enviamos y en eso, el teléfono comienza a sonar: del otro lado de la línea, la pregunta se repite con cada llamada: cuál es el plan?? (en todas, el tono de voz se distingue anhelante de compañía y some high spirits). Ante mi pregunta al parecer ingenua sobre lo adverso del clima, respuesta es unánime: "no importa, tomemos un taxi, lo que sea, pero salgamos" y con ella, comienza el ritual casi olvidado de arreglarse para salir de noche. Sin embargo, el clima reafirma lo que todos nos empecinabamos en negar: vientos rabiosos, nieve, nieve, nieve....vientos más furiosos, sigue bajando la temperatura, nieve, nieve, nieve...
El teléfono suena a las 9.05 pm: abortamos la misión de salir de Hyde Park (crying on the inside); sin embargo, hay tragos y gente (desesperada como yo) en casa de un compañero. Resultado? Terminé ayer viernes, sitiada por el clima, con un montón de gente quienes (como todo el mundo) son más divertidos después de 3 copas de licor.
Otra misión abortada: quería ir a la Harris a imprimir, pero el clima no se cansa de reafirmar su posición dominante. A ver si mañana hay más suerte. Por lo pronto, mi alegría tropical la constiuyen el Buenavista, Omarita Portuondo, los Baobab y la inseparable compañía de mis Putumayos. Salud!
Temo que este trimestre sí llegaré a deprimirme un poco (pero sólo un poquito). Eso de ver el mundo a través de la ventana no es estimulante.
Bueno, de regreso a la realidad. Tengo ropa que reclama la secadora y 300 páginas de sabiduría estadística esperándome (sólo para hoy...qué dicha...).
Así que agradezcamos a los vientos invernales del noreste de los Estados Unidos y a la alarma de clíma extremo emitida el día de ayer y extendida hasta la madrugada del día de mañana por haberme encerrado en mi apartamento. Me rehuso a seguir estudiando (al menos, por el momento), así que como respuesta al comentario/reclamo del doctorante Coria sobre el abandono en que tengo mi blog, van las reflexiones del momento. Las notas de Barcelona tomarán más tiempo, así que esas vendrán después de parciales (por ahí del 10 de febrero -prometido!).
Ya estamos en 2005 (evidentemente dirán muchos), pero para mí, el nuevo año llegó desapercibido, sin glamour, sin fuegos artificiales, sin copas y sin brindis. Con toda razón dirán: "claro, si lo pasaste dormida" (acéptolo). Aún así creo y siento que estoy enfrascada en el concepto del año académico más que en el del calendario. Consecuentemente, la evaluación de 2004/propósitos de 2005 se quedó en lista del mandado con meras ideas de cosas que me gustaría/debo hacer en el futuro cercano: buscar una pasantía de verano, salir de Hyde Park y disfrutar más la ciudad, hacer ejercicio con regularidad (entiéndase más de una vez por semana), decidir cuál será la especialización de esta maestría (convergencia de intereses académico/personales/desarrollo profesional-demanda real), y miles de absurdos como "lavar la ropa todos los sábados", "aspirar dos veces por semana (y no cada semana)"...nimiedades.
Caigo en cuenta de que no puedo "comenzar" la planeación del año con esa lista absurda. Debo agendar la evaluación 2004/planeación 2005 como cualquier otro pendiente de la escuela (rriiigghtttt.....al menos tengo la intención y el ferviente deseo de hacerlo -partial credit!).
Para lo que si tengo una estrategia más diseñada es para los aspectos de la vida social. El trimestre pasado no dió márgen nisiquiera para soñar en ello y de continuar así, me tiraré por la ventana! (claro, como se que con tantas pulgadas de nieve caigo en blandito...).
Lo mejor de todo es que cuento hasta con compinche para tan honorable empresa: Rojas, por supuesto. Nuestro plan no se detiene ahí: veremos cuántas anglos (mujeres y hombres) solteros podemos integrar. Hay que salir de Hyde Park y hay que divertirse cuando el calendario académico así lo permita (licor, música y baile escencialmente).
El único problema (claro! siempre hay un impedimiento ante la perdición) es el clima. Les cuento: ayer viernes teníamos que subir a la página web de la unviersidad, nuestro primer projecto de estadística, que demandó más horas hombre de trabajo por página de lo que cualquiera pudo haber esperado. Lo enviamos y en eso, el teléfono comienza a sonar: del otro lado de la línea, la pregunta se repite con cada llamada: cuál es el plan?? (en todas, el tono de voz se distingue anhelante de compañía y some high spirits). Ante mi pregunta al parecer ingenua sobre lo adverso del clima, respuesta es unánime: "no importa, tomemos un taxi, lo que sea, pero salgamos" y con ella, comienza el ritual casi olvidado de arreglarse para salir de noche. Sin embargo, el clima reafirma lo que todos nos empecinabamos en negar: vientos rabiosos, nieve, nieve, nieve....vientos más furiosos, sigue bajando la temperatura, nieve, nieve, nieve...
El teléfono suena a las 9.05 pm: abortamos la misión de salir de Hyde Park (crying on the inside); sin embargo, hay tragos y gente (desesperada como yo) en casa de un compañero. Resultado? Terminé ayer viernes, sitiada por el clima, con un montón de gente quienes (como todo el mundo) son más divertidos después de 3 copas de licor.
Otra misión abortada: quería ir a la Harris a imprimir, pero el clima no se cansa de reafirmar su posición dominante. A ver si mañana hay más suerte. Por lo pronto, mi alegría tropical la constiuyen el Buenavista, Omarita Portuondo, los Baobab y la inseparable compañía de mis Putumayos. Salud!
Temo que este trimestre sí llegaré a deprimirme un poco (pero sólo un poquito). Eso de ver el mundo a través de la ventana no es estimulante.
Bueno, de regreso a la realidad. Tengo ropa que reclama la secadora y 300 páginas de sabiduría estadística esperándome (sólo para hoy...qué dicha...).
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