4.10 AM, conversando con una buena amiga por MSN. Cosas e indefiniciones del amor.
¿El tema? El psicoanálisis de la frase "no quiero hacerte daño" que, con benevolencia absoluta, le sueltas al chico(a) notificándole que no quieres engancharte él/ella.
Con ese tema como anzuelo, nos pasamos a reflexionar sobre las distintas fases del amor: las mariposas y las certezas del comienzo, las coincidencias y los desencuentros, las partidas y las efectivas extirpaciones de corazón que se logran cuando finalmente logras decir: I moved on.
Luego redundamos un poco en la madurez de la evaluación ex post, esa que se hace cuando todo termina, cuando el coraje y el resentimiento ya no te pegan y te escuchas a tí mismo decir: "es cierto, aún después de todo, tuvimos cosas buenas y eso es lo que recuerdo". Ese reconocer que todos los momento, aún los más tristes, tienen su belleza.
Pero bueno, con respecto del tema central, yo me pregunto: ¿qué razón oculta (a nivel personal) puede encontrarse detrás de esa pavada de excusa del "no quiero hacerte daño"? Digo, además de mostrar una condescendencia maravillosa, me da la impresión de que en la mayoría de los casos, sólo sirve para brincarte pachonamente el autoanálisis sobre cuáles son las verdaderas razones por las cuales, motivado por nada mas que la "nobleza" (consciente o inconsciente), decides dejar a alguien fuera de tu vida.
Vamos, que si ya lo/la trataste y aún así te sabes incapaz de retribuir en la misma medida, bueno, entonces la argumentada honestidad suena de menos poco más coherente. Pero ¿será posible llegar a semejante conclusión a priori? A título personal, no deja de sonarme a versión parafraseada del "no eres tú, soy yo" que en la mayoría resulta ser lo contrario. Sí, resulta que no es el otro, eres tú pero no te animas a decir "mira, no eres tú, soy yo por
esto", que es muy destinto a nada más decir "no eres tú, soy yo, así que te hago el paro". En efecto, cuando te la sueltan así (la honesta, la del soy yo por
esto) si te desarman y te duele, pero tiempo después lo entiendes y gradualmente aprendes a aceptarlo. Pero si no llegas a ese nivel de honestidad, ¿no estas "haciendo" más daño (al otro y a tí mismo) al decir no pero no decir por qué?
Llevamos poco más de dos horas hablando sobre el tema y no hemos llegado a una conclusión. Dudo que lleguemos a alguna puesto que no es esa la intención de la charla. Además, la diferencia de horarios me está matando...
Sin embargo, aún con media actividad cerebral funcional y harto sueño, además de darle vueltas al asunto, me sigo preguntando si por más duro que sea, ¿no es mejor ser igualmente honesto al exterior que al interior? Yo creo que sí, pero puede que esté equivocada... después de todo, no hay recetas universales para el amor.