El verano terminó, el vientecito calador regresó a Chicago y yo…regresé a mis noches largas y al abandono recurrente de este blog el cual, pensándolo bien, reconozco que se está convirtiendo en algo más bien permanente. Así pues, hago una promesa de intención y de fe: procurar’e con todo mi ser (o lo que queda de mi ser después de la jornada diaria) actualizar este espacio con mayor frecuencia.
Después del 08 de agosto –el `último posting- puedo reportar un par de eventos interesantes: primero, el retorno a Chicago y la correspondiente mudanza (además de la muy esperada PRIMERA VISITA NO FAMILIAR que he recibido –gracias Marisa!!-) y segundo, el viajecito playero y de pendientes a Guadalajara.
El retorno Chicano
Nuevo apartamento, nueva vista (ya no hay gasolinera, solo el estacionamiento del edificio –que pa’l caso es lo mismo…seguimos en el auto transporte). La novedad-novedad es que ya no vivo sola. Ahora comparto apartamento con mi amiga colombiana (Carolina). Pobre, la chica no sabe con que tipo de loca le toca vivir, aunque de pronto se ha dado cuenta, por pequeños destellos de locura, del “premio mayor” que se saco.
Primer episodio: la chica me ve acomodando los platos limpios y secos. La chica se acerca e inocentemente pregunta “qué haces???” Yo, en mi desorden psicológico respondo con naturalidad: “los acomodo por tamaño y color”. No saben la cara que puso… creo que en ese momento la pobre consideró la opción de llamar a la oficina de vivienda estudiantil para que la reasignen.
Segundo episodio: Myrnita, escuadra plástica, lápiz de grafito y martillo en mano, dura 4 horas colgando 4 cuadros en la pared de su cuarto. Evidentemente, la tarea incluía la medición precisa de la distancia entre un marco y otro, además del ángulo recto entre el primer y el cuarto ganchito (ya saben, esas cosas de vida o muerte). La chica se queda parada en la puerta y sonríe. Yo, volteo (martillo en la boca, escuadra bajo el brazo, y lápiz en mano) y le digo que en un momento mas voy a la cocina a cenar. Ella sonríe (mas bien me da el avión) y me deja en mi delirio.
No importa, en este proceso de conocimiento mutuo, yo también le estoy conociendo sus taras y manías (no worries Caroka, no las voy a ventilar en este espacio).
La playa y la ciudad – Vallarta y Guadalajara
3 días en Nuevo Vallarta…que delicia. Y como los necesitaba!!! 3 días de descanso y convivencia con los padres. Después, pendientes diversos y salidas con amigos. Sólo un año fuera y hay cosas que me parecen extrañas. Lo cierto es que descubrí que el cultural shock pega en la salida como en el regreso. A ver con que cosas me encuentro cuando regrese “de planta” a la Perla de Occidente.
Les dejo fotos y más fotos.
Un abrazo y un beso muy grande!
1 comment:
Post a Comment